Bizcocho de harina de maiz y limón

1. En esta ocasión tenía que preparar algo para una amiga con intolerancia al gluten así que me decidí por esta torta hecha exclusivamente de harina de maíz molida.

2. Un bizcocho con mucho cuerpo, de miga más densa que los preparados con harina de trigo, pero con un sabor delicioso que os recordará a aquellos que se hornean por los pueblos.

3. Os recomiendo que lo preparéis en un molde de tipo corona para aseguraros que el interior quede bien cocido y si no tenéis problemas de celiaquía, podéis aligerar la miga con una cuarta parte de harina de trigo, no os quedará de un color amarillo tan intenso pero también os saldrá bien. Eso sí, no podéis sustituirla por harina de maíz refinada ni de maíz cocida, tiene que ser la harina de maíz natural molida, que encontraréis en ultramarinos o bien en grandes superficies de alimentación.

4. Empezaremos precalentando el horno a 170 grados con calor arriba y abajo. Engrasamos un molde corona con una cucharadita de mantequilla blanda y lo enharinamos, sacudiendo el exceso que nos haya quedado. Acordaros de engrasar bien la parte central del molde para poder sacarlo al final, una vez horneado, sin dificultad.

5. Comenzaremos batiendo las claras a punto de nieve con una pizca de sal y unas gotas de limón. Seguidamente batimos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar, añadimos los huevos y la ralladura de limón.

6. Mezclamos la harina y el sobre blanco y morado del gasificante y lo añadimos a la mezcla, removiendo lo justo para que no se vean grumos y le incorporamos con mucho cuidado las claras de huevo a punto de nieve, removiendo hasta que esté todo unido. Vertemos la mezcla en el molde, la alisamos para que nos quede nivelada y horneamos durante cuarenta y cinco minutos o hasta que al pincharlo el palillo salga limpio.

7. El bizcocho de harina de maíz y limón es perfecto para el desayuno pues este cereal consigue inyectarnos energía para toda la mañana y no tener sensación de hambre. Como es denso, rinde muchas porciones pero sin embargo se conserva fresco, si está bien tapado, durante varios días.